Ciclismo en Colombia: Un sentimiento nacional

El ciclismo ha sido uno de los deportes más queridos por los colombianos porque, al mismo tiempo, ha abierto nuevos caminos y rutas a través de la complicada geografía del país, además de construir lazos de identidad nacional entre sus conciudadanos a nivel local e internacional.
Precisamente, una gran parte de esta historia que vincula al ciclismo de ruta, pista, mountain bike, entre otras modalidades, con la posibilidad de crear una “comunidad imaginada” de nación en términos de Benedict Anderson [1] , ha sido la celebración de la Vuelta a Colombia, la cual se ha mantenido de modo casi ininterrumpido desde la década de 1950 hasta la actualidad. Con los primeros pedalazos de Efraín ‘El Zipa’ Forero, las narraciones radiales de Julio Arrastía, y todas las personas que salían a las carreteras para apoyar a sus héroes montados en caballitos de acero, se comenzó a construir una ritualidad en torno a esta competencia ciclística que ha procurado unir a la sociedad colombiana y ha sido el reflejo de sus recientes transformaciones.
En este sentido, la periodicidad de la “¡Vuelta a Colombia Colmena, El Gran Evento!” como era denominada en los años 1980s muestra no solo la importancia de este evento para el país y el involucramiento de la empresa privada sino que, a pesar del conflicto armado interno que se vivía por aquel entonces, por lo general se ha encontrado el espacio para reunir a gran parte de la población en una fiesta colorida y nacional que invita a pensar en la posibilidad de reconocerse a sí mismos y a los otros como colombianos dentro y fuera del país.
Aquí, los otros, los excluidos históricos, es decir, los nadies que ahora reivindica con dignidad la vicepresidenta electa Francia Márquez Mina, son los mismos quienes como Martín Emilio ‘Cochise’ Rodríguez, Rafael Antonio Niño, Luis Alberto ‘Lucho’ Herrera, y muchos más, han sido los anfitriones e invitados especiales de este magno evento deportivo. Por supuesto, y como lo señala Matt Rendell en su libro “Colombia es Pasión” [2] , casi todos ellos son campesinos provenientes de la Colombia profunda quienes no habiendo encontrado en el campo una fuente de ingresos económicos, han recurrido a la práctica competitiva de la bicicleta como un medio para escapar a la pobreza. Aunque aún no es del todo claro si la camada compuesta por Ana Cristina Sanabria, Paula Andrea Patiño, Blanca Liliana Moreno, Sergio Luis Henao, Rigoberto Urán, Nairo Quintana, Miguel Ángel ‘Supermán’ López y Egan Bernal sea la última generación de grandes ciclistas procedentes casi exclusivamente de la Colombia rural y campesina.
Por todo ello, siempre debe resaltarse cada meta volante (o sprint), etapa parcial y/o victoria general que obtiene una ciclista o un ciclista de origen colombiano en las carreteras del mundo. Es una nueva oportunidad para reunir a la sociedad colombiana del presente y, desde luego, reafirmar cómo el deporte de los ‘escarabajos’ ha articulado al país sin importar la procedencia regional de sus deportistas.
[1] Anderson, B. (2006). Imagined Communities: Reflections on the Origin and Spread of Nationalism. London: New York: Verso.
[2] Rendell, M. (2020). Colombia es Pasión! The Generation of Racing Cyclists Who Changed their Nation and the Tour de France. London: Weidenfeld & Nicolson.
Julio-César Cepeda-Ladino
Docente de la Escuela de Educación Industrial, Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia. Politólogo de la Universidad Nacional de Colombia. Magíster en Ciencia Política de la Universidad de los Andes, Colombia.
email: [email protected], Twitter: @JC_CepedaLadino