A las cuatro de la mañana, en un barrio de la ciudad de Bogotá, Colombia, Marta se levanta para ir a trabajar, hace el almuerzo para su familia y sale para regresar justo al anochecer. Al otro lado del mundo Emma en Berlín, Alemania, se levanta para ir al gimnasio, antes de irse a dirigir su empresa. Al final del día dos mujeres que parecen diferentes coinciden en llegar cansadas, melancólicas y pensativas sobre qué hacer para la cena, las dos miran con esperanza el futuro.
La sociedad y el mundo capitalista ha impuesto unos cánones a las mujeres para cumplir con unos parámetros de belleza, estilo y vida, que están enmarcados por el dinero. Sin embargo, las mujeres de diferentes partes del mundo, clases sociales y económicas, coinciden en muchas situaciones entre estas: conseguir y mantener una pareja, esto se ha convertido en un reto debido a factores como la soledad, la dificultad para convivir, el trabajo y la forma machista en que algunos hombres abordan la relación. Esto ha hecho que las mujeres se vuelvan más exigentes a la hora de elegir compañero de vida.
Otro factor de encuentro entre mujeres es la maternidad que se cruza con la vida laboral. Es aquí donde comienza el verdadero reto tanto para la mujer mexicana como la mujer estadounidense. Asistir a los controles médicos, el parto, la licencia, las molestias, los dolores, la culpa, los permisos, la guardería, son retos que la mujer tiene que sortear, para conservar el trabajo y mantener su vida familiar en equilibrio.
De igual forma, otro factor de convergencia entre las mujeres de muchos lugares del mundo tiene que ver con el trabajo, el poder adquisitivo, la educación, la lectura, el acceso y ascenso en el mundo laboral. Estos han permitido el empoderamiento femenino, tanto para su propio crecimiento personal como para apoyar a sus familias.
Por último, la menopausia se convierte en un factor transformador e identificador de las mujeres adultas, que determina el fin del periodo menstrual, donde se experimentan cambios a nivel psicológico, personal, físico y sexual.
A las mujeres nos llevó siglos recorrer el largo camino de lucha, para llegar a lugares, empleos y posiciones dominadas por hombres. Sin embargo, estamos aprendiendo que lo más simple, está en la unión femenina, en el respeto por los hombres, la ternura, el sentimiento maternal, en ser dadoras de vida, protectoras y cuidadoras, esta es nuestra verdadera fuerza femenina.
Esta colaboración de empoderamiento se ve muy bien reflejada en la serie de Netflix La supervivencia de una chica con curvas. Su trama fue muy interesante como esclarecedora para entender que la unión entre mujeres es el camino para la supervivencia humana, necesitamos más redes de mujeres, con internet y otros medios, el acercamiento entre nosotras es posible en el mundo actual a pesar de la distancia, las fronteras se han hecho más cortas e invisibles y esto para encontrarnos con nuestros saberes, nuestras experiencias y sensibilidad, experiencias compartidas nos colocan en la piel de otras mujeres.
Nasly Niyiret Rodríguez Hernández. Es licenciada en psicopedagogía de la Universidad Pedagógica Nacional, Magister en Educación de la Universidad Nacional de Colombia y Docente en el sector público. Entre sus aficiones se encuentran la lectura, la danza, la pintura, viajar, la música negra jazz, blues, soul, africana y folklor colombiano. Apasionada por temas varios como la historia, la política, la geografía y las diversas culturas del mundo.