Música Guascarrilera y empoderamiento femenino en Colombia

En el centro de Colombia, entre montañas y cultivos de café, plátano, maíz y yuca, la mezcla étnica de españoles, indígenas y negros produjo un movimiento musical bastante singular, la música Guascarrilera.
En este contexto es importante, reconocer que las mujeres trabajaban hombro a hombro junto a los hombres en las labores del campo. Mientras se realizaban estas labores, en viejas radios se escuchaba música originaria de México, Argentina, Perú y Ecuador, como rancheras, corridos, tangos y vals, las cuales empezaron a hacer mella entre los oyentes, particularmente las mujeres.
Al bajar al pueblo, como se conoce coloquialmente, los sábados de mercado o los domingos de eucaristía, en poblaciones de Antioquia, Caldas, Armenia y Quindío, las mujeres podían ver como los hombres disfrutaban de la música, que ellas escuchaban en la finca, acompañados de un aguardiente en la cantina.
Entonces, las campesinas y campesinos acompañados de la guitarra o el tiple, retomando las melodías foráneas que escuchaban, empezaron a crear sus propias composiciones, con temas sobre el trabajo diario, la familia, el amor y el desamor. Lo que se convierte en la música popular campesina denominada "Guascarrilera".
Este género musical, despertó en las mujeres el deseo de expresarse, de escuchar, de replicar y de interpretar sus propios temas. Aunque en un principio esta música era propia del género masculino fue despertando el interés, la energía y el sentimiento femenino, desatando una fuerza musical bastante particular. Con representantes como Las Hermanitas Calle, Sube y Baja, Las Aves de Oriente, Maldición Guasca, las indianas, Digámonos Adiós, Las Trigueñitas, Ya La Pagarás, Las Hermanas Lago, El Errante, Las Estrellitas, Noches Eternas, Las Caleñitas, Quince Noches. Las mujeres no eran solo oyentes y consumidoras, sino que ahora también eran compositoras e intérpretes de Guascarrilera.
Las familias al ser desplazadas a las ciudades llevaron consigo sus recuerdos, enseres, guitarra y canciones. Entonces, las mujeres empiezan a quedar solas, y a sentir el rigor de las ciudad y allí se graban las primeras canciones de Guascarrillera, que regresan nuevamente al campo, donde las jóvenes y señoras se sentían más identificadas que nunca con la música, trabajando de sol a sol, sin remuneración alguna, en un espacio donde no había tiempo para el descanso, la guasca era la forma de canalizar y expresar a grito herido el interior, ejemplos como el de "gaviota" protagonista de la novela Café con Aroma de Mujer, se ejemplifica el sentir de la campesina y lo que representa su fuerza laboral para el mundo.
En la pequeña población de Samaná, enclavado en la cordillera central, en el departamento de Caldas, una joven campesina entre cafetales y el humo de leña, disfruta alegremente de la Guascarrilera, concibiendo la idea emigrar y trabajar para ayudar a la familia. Viaja hasta Honda, en el Departamento del Tolima, luego se dirige a Guaduas, Cundinamarca, para trabajar en el hospital como enfermera, llevando consigo un pequeño radio que la acompaña en su travesía. Finalmente llega a la ciudad de Bogotá, con el compromiso de estudiar modistería, allí aprende a coser diestramente, se enamora, contrae matrimonio y tiene a su primera hija. Esa pequeña radio y la música que transmite sigue siendo la conexión con sus raíces campesinas y a su vez el enlace con la nueva generación. Esta pequeña historia ejemplifica como la música es capaz de crear y mantener vínculos con entre el campo y la ciudad.
Generaciones de colombianas siguen escuchando, cantando e interpretando en voces más jóvenes el género musical de la Guascarrilera, amado por unos y odiado por otros, pero innegable en su legado para la mujer colombiana.
Dedicado a la memoria de Flor Maria Hernández de Rodríguez
Nasly Niyiret Rodríguez Hernández. Es licenciada en psicopedagogía de la Universidad Pedagógica Nacional, Magister en Educación de la Universidad Nacional de Colombia y Docente en el sector público. Entre sus aficiones se encuentran la lectura, la danza, la pintura, viajar, la música negra jazz, blues, soul, africana y folklor colombiano. Apasionada por temas varios como la historia, la política, la geografía y las diversas culturas del mundo.