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Apr 26, 2025
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Arts / Cooking & Baking

Plátano Frito, más allá de América Latina

Por Editorial Task Force |1 año

El plátano frito, un manjar que combina lo dulce y lo crujiente, ha conquistado el corazón de los latinoamericanos, pero es un plato que no es exclusivo de la región. Este platillo icónico es un vínculo culinario que trasciende fronteras, encontrando similitudes en recetas de otros países como Nigeria, Filipinas y Tailandia. En América Latina, sus formas son diversas desde tajadas hasta tostones. Las similitudes muestran el carácter global de esta delicia.

En América Latina, el plátano es una parte indispensable en varios platos nacionales. Los patacones, originarios de Colombia, son un ejemplo destacado. El plátano verde se corta en rodajas gruesas, se fríe, aplasta y luego se fríe nuevamente hasta obtener una textura dorada y crujiente. A menudo se sirven con hogao, una salsa de tomate y cebolla, o como acompañamiento en platos tradicionales como la "bandeja paisa".

Los tostones, similares a los patacones, son populares en la República Dominicana. Los plátanos verdes se fríen y luego se aplastan antes de ser fritos nuevamente hasta estar dorados. Son acompañados frecuentemente con sal y ajo, formando un dúo sabroso que realza muchas de las comidas dominicanas. Por otro lado, las tajadas, comunes en países como Honduras, El Salvador, Colombia y Nicaragua, presentan plátanos maduros cortados en láminas y fritos hasta que adquieren un tono dorado y caramelizado. Su dulzura contrasta con la textura crujiente de su exterior, creando una experiencia sensorial única.

Aunque el plátano frito este arraigado en la cocina popular de América Latina no es la única región donde se consume. En Nigeria, el "dodo" comparte similitudes con los patacones y tostones. Plátanos verdes cortados en rodajas son fritos hasta obtener una textura crujiente y dorada, y se sirven como acompañamiento en comidas cotidianas, al igual que sus contrapartes de América Latina.

En Filipinas, el "turon" recuerda a las tajadas caramelizadas. Plátanos maduros y azúcar moreno se envuelven en masa de lumpia y se fríen para crear una combinación irresistible de sabores dulces y crujientes. Por otro lado, en Tailandia, el "kluay tod" presenta plátanos maduros rebozados y fritos, una reminiscencia entre los tostones y las tajadas. Estos plátanos fritos se sirven a menudo con helado de vainilla y sésamo tostado, ofreciendo una experiencia agridulce y cremosa.

El plátano frito en América Latina no es solo un plato; es un puente culinario que conecta culturas y sabores alrededor del mundo. Comparte similitudes con recetas de Nigeria, Filipinas y Tailandia que resaltan la universalidad del plátano frito como un placer compartido en distintas culturas.