La posesión presidencial de Gustavo Petro y Francia Márquez fue una verdadera fiesta popular en la que miles de colombianos y colombianas celebraron con diversos eventos y desde sus hogares, no solo el cambio de gobierno sino un hecho histórico que marca un hito en la historia de Colombia y América Latina.
Muchos suelen olvidar que América Latina fue una región republicana y democrática desde comienzos del siglo XIX, mucho antes que Europa y muchos otros países del mundo. [1] Pero, el proceso para consolidar estas democracias ha sido difícil y truncado debido a las presiones internacionales y al mismo egoísmo de ciertos gobernantes locales.
Gran parte de las elites y la gente del común ha considerado a la democracia como la mejor forma de gobierno desde hace más de dos siglos. En donde los intereses de las mayorías y el bien común está por encima de los intereses privados., respetando la diversidad y dando las garantías para que cada ciudadano ejerza sus derechos sin restricción. Pero este no ha sido un proceso fácil.
Colombia ha sido una de las democracias electorales más antiguas del mundo moderno. Este increíble hecho suele pasar desapercibido para locales y foráneos, debido a la turbulenta historia de Colombia.
Pero este carácter electoral también fue al mismo tiempo el mayor problema, pues impidió que la democracia se profundizara. Usualmente el miedo, el clientelismo bipartidista, la intimidación y las campañas sucias jugaron un papel determinante para elegir gobernantes, permitiendo que cualquier candidato que ofreciera un cambio fuera derrotado en las urnas y fuera truncada la posibilidad de que las mayorías ciudadanas eligieran a conciencia. Esto hacia dudar a muchos sobre el hecho de que Colombia fuera una democracia, sin embargo, técnicamente lo era.
Elecciones libres y regulares, una transición pacífica entre el gobierno saliente y el nuevo gobierno, y la subordinación de los militares al poder civil suelen ser considerados por los expertos en democracia como las características mínimas para considerar que un país tiene este tipo de gobierno. Esto en contraposición a un gobierno autoritario que suele permanecer por años en el poder sin ser elegido libremente. Aunque muchas veces los dictadores también hacen uso de las elecciones para legitimar sus gobiernos.
Pero una democracia es más que elecciones. Muchos otros expertos consideran que una democracia es realmente efectiva, cuando cualquier ciudadano puede elegir libremente y ser elegido; hay un libre acceso a la información; el derecho a la reunión pacifica es protegido; así como el derecho a la libre expresión sin miedo a las repercusiones; la veeduría ciudadana a los servidores públicos es un ejercicio constante; y el gobierno actúa en nombre de las mayorías, pero minimizando los efectos sobre aquellos que están en desacuerdo con las mayorías. [2]
De este modo, la transición pacífica entre el gobierno de Iván Duque y el nuevo gobierno de Gustavo Petro fue un hecho muy importante, pues demuestra que la democracia colombiana es cada vez más madura.
Pero para lograr que esta democracia se profundice y permita que haya un desarrollo político y económico pleno, es indispensable que la mayoría de los ciudadanos participen políticamente tanto haciendo veeduría como afiliándose alrededor de partidos políticos que representen su visión política e intereses. De este modo es posible que se garantice que la voz ciudadana se mantenga en el poder político por muchos más años y que no solo dependa de un líder político cualquiera que este sea.
[1] Tom Long & Carsten-Andreas Schulz (2021) Republican internationalism: the nineteenth-century roots of Latin American contributions to international order, Cambridge Review of International Affairs (On-line).
[2] Schmitter, P., & Karl, T. (1991). What Democracy Is…and Is Not. Journal of Democracy, 2(3), 75-88.